... y tendrás para todo el año». |
Paracelso, ese ilustre médico y químico suizo de nombre
clásico, dijo en su día que el veneno está en la dosis. Bueno, lo mismo, pero
con una frase más rimbombante: «Todo es veneno, nada es sin veneno. Sólo la dosis hace el veneno». Y el perejil, o al menos ciertas
clases, es venenoso si se toma en grandes cantidades. De pequeña me lo dijeron
y se me quedó grabado a fuego, supongo que porque me resultaba chocante que un
condimento culinario que mi madre y todas las madres utilizaban con tanta
frecuencia pudiera llegar a ser tóxico. En realidad son más sensibles ciertas
personas y los animales. Un granjero te dirá que ni se te ocurra dar de comer
perejil a los conejos. Él, por si acaso, no experimentará.
Mientras tanto, los cocineros, los cocinillas y las madres
del mundo siguen ‘matándonos’ poquito a poco. Es un decir… Tienen margen: no
creo que podamos comer, en toda una vida de salsas verdes, tal cantidad de
perejil como para conseguir machacar nuestro hígado.
Recuerden, utilícenlo en pequeñas dosis. De hecho, yo tengo
una maceta en la terraza y no doy abasto para terminarlo. Creo que ya les he
hablado de lo grato que resulta tener perejil fresco siempre a mano. Porque, como diría Arguiñano, con perejil,
cualquier guiso sabe “rico, rico”. Y se lo repito ahora que es el momento de
plantar perejil, porque, como dice el refrán, ‘Siembra perejil en mayo y
tendrás para todo el año’.
Semilla obtenida de la flor del perejil. |
PRIMER PASO: Remover bien la tierra. |
Pasado ese tiempo, remueva bien la tierra donde va a sembrar
el perejil. A continuación, vierta el agua con la semilla y remueva de nuevo.
Finalmente, riéguelo. Y no se olvide de echarle agua con regularidad, antes y
después de nacer el fruto. No sea impaciente: tardará sólo dos o tres semanas
en brotar, dependiendo de la temperatura. Cuanto más benigna sea, menos le
costará. Es una planta que necesita sol, aunque, en mi opinión, una excesiva
exposición puede ser perjudicial. Si se ha fijado, suele colocarse junto a las
tapias o a la sombra de un seto.
SEGUNDO PASO: Verter el agua con la semilla. |
Cuando vaya a utilizar el perejil, es importante que no lo
arranque porque, entonces, se llevará por delante la raíz y ya no brotará más.
Tiene que cortarlo a un dedo de donde nace, y así seguirá dando perejil hasta
el año siguiente. Porque es una planta herbácea muy generosa; no para de dar
fruto. Y muy sana, ya que es rica en vitaminas A, B1, B2, C y D. Eso sí, siempre
que se consuma en crudo, ya que su cocción elimina sus propiedades. Por eso
recomiendan cocinarlo levemente para que conserve su riqueza y su aroma.
TERCER PASO: Regar. |
En infusión es un magnífico diurético. Algunos herboristas
recomiendan tomar un té de perejil para regular la hipertensión. Cuenta
Wikipedia que los indios Cherokee lo usan como medicamento tónico para mejorar
el rendimiento de la vejiga. Dicen que también es un buen agente blanqueador
para las manchas de la piel y las pecas producidas por el sol. Pero recuerden,
sin pasarse. Si bien es verdad que algunos especialistas dicen que no todos los
tipos de perejil son tóxicos, yo, por si acaso, no me la jugaría. Experimentos
con gaseosa.
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