En la reciente XV Conferencia Agraria organizada por Asaja, Rajoy lanzó un guiño al campo y le brindó su apoyo para mejorar los resultados económicos de este sector, en otros tiempos percibido como el ‘patito feo’ de la economía española
Rajoy, entre el ministro de Agricultura y el presidente de Asaja. /EFE |
¿Se acuerdan en el colegio cuando estudiábamos que cuanto
más desarrollado era un país menos peso tenía en su economía el sector agrario?
El mayor peso de la industria y, sobre todo, de los servicios era señal de que
un país era desarrollado. Pues ahora parece que el campo está de moda, es ‘in’,
es moderno. El sector agro-alimentario es fetén, es “el estandarte de la ‘MarcaEspaña’”.
Así lo puso de manifiesto el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, en la XV Conferencia Agraria ‘La actividad agraria, una apuestainteligente’ organizada por Asaja en Madrid. Fue el pasado 20 de junio, en un
cuidado acto preparatorio del acuerdo de la PAC sellado esta semana en
Bruselas. Después de años de que la sociedad diera la espalda al campo, incluso
de que lo mirara por encima del hombro, el Gobierno vuelve su vista al sectorprimario como motor de crecimiento y salida a la crisis.
No es que me parezca mal, ¡válgame Dios! Pero ya era hora de
que atendiera a los agricultores y ganaderos, y más en los últimos años cuando,
en medio de la penosa situación económica que afecta a España, parece ser uno
de los pocos sectores que se mantiene. No es que esté para tirar cohetes, y si
no que se lo digan a los ganaderos, desbordados por los gastos, que en muchos
casos superan a los ingresos y hacen inviables sus explotaciones. Hay
historias, se lo aseguro, para echarse a temblar… y a llorar. La subida del
cereal en las últimas campañas, para los agricultores una buena noticia, se
convierte en un quebradero de cabeza para los ganaderos a la hora de comprar
piensos.
El edificio del Ministerio de Agricultura. |
Aún así, el campo sobrevive. Quizá mientras España crecía
desmedidamente al ritmo que lo hacía la burbuja inmobiliaria, los hombres del
campo seguían con su eterna cantinela de que tal producto estaba mal pagado, de
que los precios se mantenían invariables año tras año o incluso bajaban, de que
el gasóleo subía... Entre tanto dispendio, ellos tenían que ahorrar y guardar
los euros bajo la teja para tiempos peores. Y los tiempos peores llegaron.
Y el campo no sólo sobrevive, sino que, precisamente debido
a la crisis y al desempleo, muchos jóvenes –y no tan jóvenes- que un día
dejaron el campo en busca de una vida mejor en la construcción y otros sectores
en alza, ahora vuelven a trabajar las tierras de sus padres. Es la salida
laboral que han encontrado. La misma a la que ahora vuelve su vista Rajoy.
El presidente expresa su compromiso con el campo español, al
que calificó de ‘latifundio de talento’. Cualquier día viene Esperanza Aguirre,
ahora dedicada a ‘cazarlos’, a buscar entre col y col. Rajoy se comprometió a
dotar a este sector de un “mañana sólido y duradero” con el fin de mejorar el
resultado económico de sus explotaciones y fortalecerlo mediante apoyos a sus
rentas, a la innovación, a la internacionalización y a sus relaciones
comerciales. Tomen nota, para que, cuando el país vuelva a la senda del
crecimiento y calienten de nuevo motores la industria y los servicios, sus
palabras no se las lleve el viento.